viernes, 15 de febrero de 2019

Raíces


Sonaba el claxon de un coche,
Mi madre me acunaba fuertemente
mientras sobre nosotras caía la noche.

Recuerdo el color de los trajes 
de esos hombres.
Cuando empujaron la puerta, el viento,
soplaba con tanto vigor que pensaba
que era él quien había perdido las buenas costumbres.

Eran señores muy serios.
Preguntaron por papá y
ninguno de la sala rieron.
Mi hermana lloraba mientras gritaba
y les decía que él era "de los buenos".

Mi padre se acercó a ella
y le suplicó que se callara.
Que él no tenía miedo de lo que
pudiera hacerle ningún facha,
prometió que volvería antes 
de que calentara la hornacha.

Apoyó sus labios lentamente
sobre mi frente y no dijo nada,
En los ojos de mi madre veía
el dolor inminente,
Sabíamos ambas que no íbamos
A volver a verle.

Sentía como su pecho,
que minutos antes me acunaba,
empezaba a arderle.
Se preguntaba una vez más
entre a regañadientes,
cómo por culpa de otros va a perderle.


Mamá siempre estuvo esperándole
Porque en sus sueños siempre volvía,
a ese lugar donde se conocieron
y el atardecer los absorbía.

Ella desde ese momento 
a ese sitio se dirigía,
pues nunca encontraron su cuerpo,
o eso nos decían,
Pero yo se que entre las raíces yacía y
Su alma revolucionaria en la tierra permanecía.

B.B


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