viernes, 17 de julio de 2020

Regalé mi amor tan rápido
que no dio tiempo de envolverlo.

Significaba que él jugaba con ventaja,
pues ya sabía lo que guardaba en
mi caja de Pandora.
Yo, sin embargo, recibí palabras llenas,
pero esta vez de contenido,
las pasadas solo estaban rebozantes
de promesas incumplidas.

Perdí la noción del tiempo
mientras mis párpados caían,
sus dedos se enredaban en mi pelo
y tocaban una sintonía nueva.

Mis mejillas se contraían al sonreírle
y mostraba mi lado más vulnerable.
Sus ojos eran el espejo en el que
necesitaba ver mi cuerpo.

Y no cabe duda que los detalles
contigo se convierten en momentos.
Beberme el jugo de vida
que tu mirada me ofrece,
se ha convertido en todo lo que necesito
para alimentar mi alma.


B. B

sábado, 4 de julio de 2020

Siento un vacío interior
que no se sacia con sonrisas.

Entré en un laberinto de hiedras
que se pegaban a mi cuerpo,
húmedo por el sudor,
aunque la temperatura de la sala estaba helada.

Frente un espejo me encontré,
desnuda.
Y me pregunté a mi misma quién era.
No pude responder en ese instante,
pues la boca estaba seca
y solo la llenaba mis lágrimas.

Grité en silencio hasta que empezó
a sonar mi voz.
Tampoco supe como actuar cuando
comencé a escuchar mis propios quejidos.

No me conocía lo suficiente como
para exigirme más,
Tampoco podía comenzar con un café
a las seis de la tarde y un como estás.
No era mi amiga y ni una total desconocida.

Era yo, frente a mí.
Junto a todos mis miedos
y con toda mi valentía.

Rompí el espejo y las hiedras
envolvieron toda la piel,
pero no se alimentaban de ella.
Mi boca dejó de estar seca
y comenzó a llenarse con besos.

Sació mi vacío interior
haciéndome ver que la única forma
era con mis propias sonrisas.

B. B