lunes, 21 de septiembre de 2020

Ícaro y el Sol

Desde los barrotes de su ventana

le contemplaba diariamente,

Soñaba con acariciar sus cabellos, 

besar cada centímetro de su piel.


Él no le conocía, 

pero sus ojos le resultaban familiares, 

pues llevaba demasiado

tiempo observando desde la sombra.

La sombra era parte de él, 

siempre creando oscuridad

en cada rayo de luz que mostraba. 


Ícaro se lanzó a volar,

y sus alas comenzaron a sentir

una calidez inusual. 

Lleno de valentía le confesó todos sus miedos.


El amor que sentían uno por el otro 

les consumía,

lo sabían, 

y siguieron intentándolo.


El Sol no podía radiar más

y quemaba el alma de Ícaro, 

hasta que  de llorar un mar

se inundaron sus alas. 


Y la muerte consiguió 

que a ambos el fuego les quemara.


B. B

viernes, 7 de agosto de 2020

El calor era asfixiante,
Las ventanillas bajadas
no me daban suficiente aire.

Escuchabamos al Dúo Dinámico
y a los Hombres G,
mientras cantábamos a pleno pulmón
sus canciones.

El paisaje estaba completo de girasoles,
amarillos.

Me miraba por el espejo retrovisor
y, de "reojo" , podía contemplar su sonrisa,
era feliz y no lo sabía.

Me sigue faltando el aire,
todo es distinto.
No canto igual en el coche,
y  cada vez que vuelvo
a ese lugar pierden los girasoles
un poco más ese tono amarillo.

Me sigue faltando el aire.
Me sigues faltando.

B. B






viernes, 17 de julio de 2020

Regalé mi amor tan rápido
que no dio tiempo de envolverlo.

Significaba que él jugaba con ventaja,
pues ya sabía lo que guardaba en
mi caja de Pandora.
Yo, sin embargo, recibí palabras llenas,
pero esta vez de contenido,
las pasadas solo estaban rebozantes
de promesas incumplidas.

Perdí la noción del tiempo
mientras mis párpados caían,
sus dedos se enredaban en mi pelo
y tocaban una sintonía nueva.

Mis mejillas se contraían al sonreírle
y mostraba mi lado más vulnerable.
Sus ojos eran el espejo en el que
necesitaba ver mi cuerpo.

Y no cabe duda que los detalles
contigo se convierten en momentos.
Beberme el jugo de vida
que tu mirada me ofrece,
se ha convertido en todo lo que necesito
para alimentar mi alma.


B. B

sábado, 4 de julio de 2020

Siento un vacío interior
que no se sacia con sonrisas.

Entré en un laberinto de hiedras
que se pegaban a mi cuerpo,
húmedo por el sudor,
aunque la temperatura de la sala estaba helada.

Frente un espejo me encontré,
desnuda.
Y me pregunté a mi misma quién era.
No pude responder en ese instante,
pues la boca estaba seca
y solo la llenaba mis lágrimas.

Grité en silencio hasta que empezó
a sonar mi voz.
Tampoco supe como actuar cuando
comencé a escuchar mis propios quejidos.

No me conocía lo suficiente como
para exigirme más,
Tampoco podía comenzar con un café
a las seis de la tarde y un como estás.
No era mi amiga y ni una total desconocida.

Era yo, frente a mí.
Junto a todos mis miedos
y con toda mi valentía.

Rompí el espejo y las hiedras
envolvieron toda la piel,
pero no se alimentaban de ella.
Mi boca dejó de estar seca
y comenzó a llenarse con besos.

Sació mi vacío interior
haciéndome ver que la única forma
era con mis propias sonrisas.

B. B








miércoles, 3 de junio de 2020

Quemarme

Puedo tocar el fuego sin quemarme,
Beberme de un sorbo el aire.

La savia, sangre del árbol caído.
No se atrevía a preguntarme
sobre los secretos que te he guardado
en la parte más oscura de mi trastero.

Te prometí que volvería,
y cuando volví ya no estabas.
La humedad empezó a quebrar
las paredes de mi alma.

Comencé a volverme fría,
aprendí a bailar sin que nadie me agarrara,
A leer los versos sin buscarte entre
las palabras.

Ya el fuego empezó a quemarme
y respirar me costaba,
la savía seguía cayendo por
mis manos empapadas.
Aún así seguí esperando a que regresaras.

B.B

domingo, 24 de mayo de 2020

Me decepcioné tanto
que no me dolía.
Iba en dirección contraria pero
tampoco quería dar la vuelta.

Sus manos apoyadas levemente
en mi rostro eran morfina.
La sonrisa tras la mirada cómplice
al leerme la mente me ayudaba a pensar que no me había equivocado.
Cometía error tras error
mientras le besaba los labios.

Y espero que se vuelva a sentar
bajo la sombra de nuestro árbol,
susurrándome al oído las canciones
de Silvio "El Cubano".

Y sigo esperando,
marcando la página del libro
que no hemos terminado.

B. B







domingo, 10 de mayo de 2020

Amapola

Me abandonó,
cuando más le necesitaba.
Me sentí como una amapola
crecida entre mala hierba,
solo era una más entre tantas.
Pero de otro color, de otra manera.

Duré cuatro pulsaciones de silencio,
no había ni una nota que escuchar.
La lluvia me recordaba mi remordimiento,
pero no añoraba el paraguas
mojarme me ayudaba a sentirme viva.

Y el vaho que se quedaba en la ventana
lo  tocaba con los dedos.
Parecía que estaba fuera.

Podía imaginarme libre,
en un campo lleno de flores.
Donde siempre volvería a sentirme
como una amapola,
rodeada de otros brotes.

B.B