Regalé mi amor tan rápido
que no dio tiempo de envolverlo.
Significaba que él jugaba con ventaja,
pues ya sabía lo que guardaba en
mi caja de Pandora.
Yo, sin embargo, recibí palabras llenas,
pero esta vez de contenido,
las pasadas solo estaban rebozantes
de promesas incumplidas.
Perdí la noción del tiempo
mientras mis párpados caían,
sus dedos se enredaban en mi pelo
y tocaban una sintonía nueva.
Mis mejillas se contraían al sonreírle
y mostraba mi lado más vulnerable.
Sus ojos eran el espejo en el que
necesitaba ver mi cuerpo.
Y no cabe duda que los detalles
contigo se convierten en momentos.
Beberme el jugo de vida
que tu mirada me ofrece,
se ha convertido en todo lo que necesito
para alimentar mi alma.
B. B
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