domingo, 24 de mayo de 2020

Me decepcioné tanto
que no me dolía.
Iba en dirección contraria pero
tampoco quería dar la vuelta.

Sus manos apoyadas levemente
en mi rostro eran morfina.
La sonrisa tras la mirada cómplice
al leerme la mente me ayudaba a pensar que no me había equivocado.
Cometía error tras error
mientras le besaba los labios.

Y espero que se vuelva a sentar
bajo la sombra de nuestro árbol,
susurrándome al oído las canciones
de Silvio "El Cubano".

Y sigo esperando,
marcando la página del libro
que no hemos terminado.

B. B







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