sábado, 9 de mayo de 2020

Pupilas

El Sol salía por el Oeste esa mañana,
algo cambiaría mi vida para siempre
y aún no era consciente de ello.

Me encontré entre sus pupilas,
dejándome mirar como
me veía él por dentro.
Llevaba años intentando
poder encontrarme.

Mis labios extrañaban sus besos.
Acababa de conocerle,
pero sentía que solo le volvía a ver de nuevo.

Se transformó en mi reposabrazos,
y no conseguí un lugar mejor donde
refugiarme.

Se convirtió en mi lugar favorito,
porque ocultaba sonrisas vírgenes
que nadie jamás había presenciado.

Y no me di cuenta por qué lugar
se puso el Sol,
ni cuántas horas habíamos trasnochado.
Solo entendí que la persona que
curaba mis heridas
no iba a ser la misma
que las había causado.


B.B

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