sábado, 4 de enero de 2020

Golondrinas


Vi como devoraba cada una de
mis teorías.

Yo, que no creía en el amor.
Que rompí el zapato de Cenicienta
y me fui descalza.
Me encerré en la torre más alta
y pagué al dragón para que me protegiera
de cualquier príncipe.
Que me comí la manzana sabiendo
que iba a dormirme para siempre.

Apareció derrepente entre las
enredaderas de mi vida,
Se plantó ante mi amenazándome de amor.
Tuve que pedirle que se fuera,
pero se quedó.

Se comió todos mis miedos.
Me enseñó que el amor no son
mariposas del momento,
sino golondrinas que viajan juntas
enfrentándose a los cambios de tiempo,
Que cruzan mares y océanos,
y vuelven con el viento.

B.B

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