No
faltaban ganas, sobraban palabras,
los
hechos se demostraban en la cama.
Sentir su olor, su aliento, su piel,
pensar
que nada pudo ser.
El
dolor por no poderse tocar era mayor
que
el de no poderse separar
Es
como lluvia que cae en el mar,
como
aire que no se puede respirar.
Blanca Baena
Blanca Baena
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