viernes, 2 de noviembre de 2018

Nada pudo ser...


No faltaban ganas, sobraban palabras,
los hechos se demostraban en la cama.

Sentir  su olor, su aliento, su piel,
pensar que nada pudo ser.

El dolor por no poderse tocar era mayor
que el de no poderse separar

Es como lluvia que cae en el mar,
como aire que no se puede respirar.




Blanca Baena

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