sábado, 10 de noviembre de 2018

Nunca con los mismos ojos


Se volvieron a ver después de tanto
pero nunca con los mismos ojos.

Él no era dueño de su alma, se la entregó
una noche de tormenta mientras dormía,
la herida que se forjaba en su pecho le consumía.

No sangraba, no vivía, no dormía.
Y aunque no existiera culpa, nunca se lo perdonaría .

Ella aún conservaba recuerdos, su mente eliminó todo aquello que era cenizo.
A pesar de todo nunca pudo entregarse como él lo hizo,
pues aunque tuviera dos almas,  la suya nunca la quiso.

Un pájaro enjaulado que ansiaba la libertad, con querer no basta cuando se trata de amar.
Y los años pasaban, el tiempo no se detuvo en sus miradas.

Él la amaba como aquel día, 
ella simplemente añoraba aquello que jamás existiría.

Quizás nunca tenga la oportunidad de devolverte algo que en absoluto me pertenecía,
Solo espero que encuentres tu alma entre los versos de esta poesía.

Blanca Baena

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