martes, 17 de marzo de 2020

Volaste, como una cría en el nido,
Única e inalcanzable.
El viento acompaña tu aleteo,
Lo cortas sin que nada pueda frenarte.
Volando te despides de tí,
Emigraste de cuerpo y comenzate a fluir.

Joven e insaciable corvato,
Último en forjarse entre sus hermanos.
No pude evitar ayudarte,
Toda mi vida estaba dispuesta a darte,
Olvidando mis heridas, lágrimas de sangre.

Amándote más de lo que pudieran amarte.

Me olvidaste al ver el mar, y te enamoraste,
Irradiante cuerpo de sal, insuperable.


B. B

No hay comentarios:

Publicar un comentario